El sueño compartido en la empresa familiar.
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Hace un tiempo, en el desarrollo de un compromiso de consultoría pudimos observar cómo la unión de los sueños individuales a una visión mayor estimuló positivamente las mejores voluntades de una familia para preservar lo que ellos consideraron su legado. En aquel momento, el contexto era crítico para aquella familia pues un hecho irreversible afectó la salud de su fundadora. Sin embargo, el contar con un sueño compartido les permitió la continuidad con su empresa familiar.
Hablar de los sueños puede percibirse como algo etéreo. Sin embargo, los sueños suelen tener el poder de mantener la emoción durante la vida de las personas. En las empresas familiares esto no es ajeno, pues los sueños son capaces de dotarlas de significado guiando las elecciones fundamentales de sus miembros, brindándonos una explicación más clara de por qué el negocio puede llegar a ser tan importante para la familia.
Para que cosas como estas sucedan, el sueño debe de ser compartido por todos los integrantes de la familia propietaria. Unificando, espontáneamente, sus sueños afines e individuales para lograr fundamentos en común que sean lo suficientemente sinceros y sólidos como para lograr un sueño compartido que sea bueno para todos. El sueño compartido no es la suma de los sueños individuales de una familia propietaria, sino, se va formando y componiendo por las porciones que cada miembro desea invertir en un propósito en común, como la continuidad de su empresa familiar.
Crear el sueño compartido es un trabajo muy personal en la empresa familiar. Pues toma tiempo y crece desde lo mas intimo de la familia y basado siempre en los valores y principios fundamentales de cada miembro. Su concepción requiere de mucho desprendimiento, apertura al diálogo franco y del amor entre sus integrantes. Pues el proceso incluye compartir abiertamente los sueños individuales para integrarlos a un sueño mayor digno del mejor esfuerzo.
Para crear un sueño compartido es necesario que los miembros de la familia practiquen el diálogo hasta lograr una convergencia, congruente y factible, que clarifique las preferencias y expectativas sobre el futuro, entre sí y consiga lo mismo. Debiendo de cuidar siempre la integración real entre los sueños de las generaciones intervinientes, a fin de lograr un equilibrio entre los sueños individuales y el sueño compartido para proteger la armonía familiar.
Cuando los miembros de la familia, que trabajan en la empresa, sienten que deben sacrificar sus propios sueños experimentan el sentir de la ausencia de la felicidad y la frustración. Por lo que será poco probable que lleguen a convertirse en líderes que puedan inspirar a su equipo. La ausencia del sueño compartido puede hacer que una familia este más dispuesta a desaparecer de la empresa que a preservar su legado para que el negocio pase a la próxima generación, ver más aquí.