La crisis de crecimiento y continuidad.

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Con frecuencia observamos que un número interesante de empresarios manifiestan dificultades para lograr el crecimiento sostenido de sus negocios y en otros casos, incluso, su continuidad. Para reducir este efecto el empresario debe comprender que es preciso planificar y organizar la empresa. considerando, además, el liderazgo y el desarrollo de una cultura organizacional apropiada para una efectiva ejecución de los planos.

¿Por dónde empezar?
Los empresarios deben ser realistas de sus competencias, de los recursos con los que cuenta la empresa, del entorno en el que se desarrolla el negocio y; con todo ello, definir con claridad hacia donde esperan llegar. Estos elementos influirán en la manera como debe ser administrada y gestionada la empresa. Sentándose, así, las bases de inicio de un proceso de profesionalización de la empresa y definir una manera más eficaz para dirigirla y controlarla.

¿Qué necesitamos para adoptar las buenas prácticas de gobierno corporativo en la empresa?
Los distintos casos de éxito a nivel global han revelado que el primer paso radica en el compromiso de los propietarios con la profesionalización de la empresa. Siendo necesario, además, identificar los sistemas formales e informales dentro de la cultura organizacional a fin de alinearlos para que este cambio sea sostenible. En este punto, el estilo de liderazgo ejercido por los decisores es vital para llevar a cabo este proceso de transformación.

¿Cómo podemos iniciar un proceso de profesionalización?
Para iniciar un proceso de profesionalización es importante desarrollar la estructura hacia arriba de la Gerencia, de tal manera que se pueda separar la dirección de la gestión de la empresa. 

En nuestro país, por lo general el desarrollo de la estructura organizacional en las empresas es por debajo de la Gerencia hacia los niveles operativos, siendo recurrente que el máximo nivel decisor recaiga en la Gerencia. Cuando esto ocurre, no hay participación a un nivel superior en la toma de decisiones colegiadas a nivel estratégico, perdiéndose así el concepto del objetivo empresarial. Peor aún, esto se agrava cuando la Junta General no ve como un deber y como un derecho gobernar su empresa.

¿Y en el caso de las empresas familiares, cómo se podrían adoptar estas prácticas?
En este caso corresponderá a los miembros de la familia propietaria consensuar para crear un órgano de gobierno familiar. Para llegar a ello, se deberá tener en cuenta la dinámica de la familia y el nivel del riesgo estructural que presente la empresa familiar. Contar con un órgano de gobierno familiar ayudará a la dotación de propósito y sentido a la familia propietaria, así como acordar e implantar las reglas que entenderán el marco de actuación del grupo familiar. Protegiendo así, a la empresa de la familia para prevenir y evitar las intromisiones indebidas de sus miembros en las funciones propias de otros órganos de gobierno y gestión, entra aquí para ver más .

Como se aprecia, la adopción de buenas prácticas de gobierno corporativo se convierte en una solución real a la crisis de crecimiento y continuidad que afrontan muchos empresarios.